jueves, 7 de noviembre de 2013

Mi opinión



Autor desconocido. Obtenida: Pixabay.com Licencia pública
Los distractores son un gran factor negativo en el proceso de aprendizaje de los estudiantes, ya que provocan que estos se olviden de ciertas responsabilidades y presenten problemas en el ámbito académico. Observaremos que la mayoría de los alumnos, tiene una gran cantidad de tiempo libre durante el día, suficiente como para dedicárselo al estudio y las tareas, pero la mayoría de estos se lo dedican al uso de los distractores, como son: los celulares, videojuegos, las redes sociales, etcétera, destacando de entre todos el último mencionado. En su mayoría, presentan falta de atención en clases debido al uso de los distractores, pero de estos, tan sólo unos cuantos han aplicado una solución real a su problema, como los límites de tiempo y las restricciones de uso. Aunque gran parte de ellos cree que su problema podría arreglarse con una simple reorganización adecuada de su tiempo, muy pocos pueden realmente hacerlo, por lo que podríamos decir que algunos distractores podrían ser considerados para algunos alumnos, un vicio. 
Tras haber evaluado la situación y la problemática actual del tema, concluí que el aspecto detonante en los jóvenes que presentan problemas de distracción, es resultado de la creación y uso de las nuevas tecnologías y medios de comunicación que existen en la actualidad, destacando las redes sociales en que se desenvuelven (Facebook, Twitter, WhatsApp, entre otros), un uso que día con día va en aumento, desintegrando familias, ocasionando problemas con las personas que nos rodean y principalmente un gran daño a uno mismo como persona.
Si se desea poner solución a este problema, es necesario cambiar los métodos que hasta hoy se han seguido; una educación firme al lado del apoyo familiar es el camino más viable y prometedor para este y muchos otros problemas que presentamos nosotros, como sociedad y estudiantes.
Debemos de comprender que la adolescencia es una época en que la persona se encuentra en un estado de transición turbulenta. El adolescente vive una vida emotiva con tendencias contradictorias. Puede expresar mucha energía y actividad desmedida y alternativamente mostrarse indiferente y desganado. Por ello, es necesario que tanto padres como docentes se encuentren atentos a cualquier indicio de este problema, y si este ya se encuentra afectado, hay que tomar las cosas con calma y tomar las medidas correctas (todo con calma y entendimiento) para no agravar más las cosas.





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